San Pedro se dejó llevar
por la compasión y le dejó entrar, pero le dijo que se sentara en una esquina
detrás de la puerta para que Dios no notara su presencia. Sin embargo, cuando el
sastre quedó solo se subió al sillón de Dios desde el que este veía todo y vio
a una mujer robar dos cortinas mientras lavaba, lo que le enfureció y dejándose
llevar por la ira lanzó un escabel.
Cuando Dios llegó echó
de menos su escabel, habló con el sastre y le mandó al país de espera un
poco fuera del cielo ya que solo Dios puede castigar, destacando que si Dios
castigara como el sastre castiga a él le hubiera lanzado sillas, bancos y
sillones hace mucho tiempo.
Lo que más me ha gustado
de este cuento son las habilidades, valores y sentimientos que se pueden
trabajar a partir de él como la astucia que muestra el sastre para
lograr entrar al cielo, la compasión de Pedro al dejarle entrar al cielo,
la hipocresía del sastre al castigar o juzgar las acciones que él también
hace y el castigo de Dios mandando al sastre de nuevo fuera del cielo. Además,
destaco la brevedad del relato, yendo directamente a lo que quiere contar sin divagar
en detalles o historias paralelas.
Sin embargo, lo que
menos me ha gustado es que utiliza una redacción algo compleja y un vocabulario
poco actual como sastre, escabel, retales, zurcir, etc. Este hecho por
una parte lo veo beneficioso para aprender nuevos conceptos, sin embargo, no lo
veo tan adecuado para la etapa de Educación Infantil ya es difícil de comprender
y no considero que sea una historia que se acerque a los intereses de
los niños y las niñas de esta etapa. Además, está ambientado en la religión
cristiana, lo que dependiendo del centro en el que nos encontremos y de la
religión practicada por nuestro alumnado este cuento será más o menos adecuado y
cercano a los niños y niñas.
Por otro lado, este
cuento se podría relacionar con otros relatos que trabajen la hipocresía, donde
el personaje juzga algo que él también hace. Sin embargo, destaco la relación
que tiene con algunos pasajes de la Biblia en los que las personas quieren
tomar el papel de Dios y este los acaba castigando.
Para terminar, en la
siguiente tabla podéis observar las funciones establecidas por Propp que
aparecen en este cuento, no aparecen todas, pero sí siguen el orden planteado:
Referencia Bibliográfica:
Grimm. J. & Grimm. W. (1985). I Cuentos de niños y del hogar. El sastre en el cielo. Ediciones Generales Anaya, 211-212.
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